... y al fin mi soledad.

Las Tribulaciones de Mariola Po - Capítulo XVI


     Ay, madre, mire que tengo yo mala estrella con los hombres, pues no me negará que a todos les desbarato el destino y acaban presos de su propia condición.

     Me pregunto yo si tenía que haberme subido la falda cuando me lo pedía el cuerpo, de haberlo hecho sin tanta norma social, quizás ahora no estaría tan sola y con una vecina, la Perse, que cada vez que se le va el marido se me pone alegre perdida tirándome los tejos.

     Con lo poco que me gusta dormir sola y con lo que disfrutaba cuando usted me arrullaba de pequeña, madrecita, y me cantaba esas nanas a media voz, qué bueno sería ahora dormirme con el aroró de un ronquido varón.

     ¡Pero qué cosas le pienso, madre! Yo al tuntún con lo mío cuando usted está malita y lo que necesita es descansar. Y además de usted no me fío un pelo, que dicen que las madres son capaces de adivinarle a una el pensamiento y si eso es verdad, pues vaya, a ver cómo le justifico yo a usted esta comedia cuando llegue para allá.

     Mejor me echo a dormir un ratito, no vaya a ser que me vean en el hospital con estas ojeras y me metan en la cama a mí también...


Desde una encrucijada,
el día 187º del presente año 2010


FIN


9 comentarios:

  1. Fin de esta primera entrega. Gracias por haber estado ahí, por vuestro interés, vuestro apoyo y por tan amables comentarios que no siempre he sabido o he podido corresponder. ¡Hasta pronto!

    ResponderEliminar
  2. ¿Ya se acabó? No, por favor, aunque tu propio comentario, que alude al "fin de la primera entrega", me lleva a esperar nuevas entregas de estas Tribulaciones. Espero las próximas.
    Besos, Mariola, que me he quedado con ganas de más.

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola Mariola Po!
    Escribe, escribe, escribe...
    Deja que la fantasía y el corazón jueguen a dos.

    Saludos de J.M. Ojeda.

    ResponderEliminar
  4. Se terminó? Muy bueno, lo disfruté. Ahora esperaré algo nuevo.
    besos

    ResponderEliminar
  5. Una manera lúcida de escribir y desarrollar una narración que engancha...Esperaremos nuevas letras...Abrazos frescos en estos cálidos días de canícula africana

    ResponderEliminar
  6. Hay días en los que juego (con el pretexto de las distancia) a que mi madre no sabe quien soy, ni me conoce.. .
    El juego termina cuando me miro al espejo.

    Hermoso relato,

    ResponderEliminar
  7. Hola!! Ya sabrás que sigo tu blog y seguramente el mio te interese. Disfruto y aprendo mucho con tu ingenio, tu manera de ver la vida, de vivirla, tu arte ... y de lo que nos transmites. Yo humildemente intento aportar lo que pueda, te regalo mis flores, te dejo paraguas, comparto contigo mi gente (compañeros de trabajo, familia,mis mascotas, mis vecinos, también mis vecinas!) y quizas estes esperando a que publique más fotos. En esto último mi cabeza divaga, duda y parece que nunca me voy a decidir... Y tú esperando ...

    ResponderEliminar
  8. Hola, Mariola, llegué hasta aquí a través de otro blog amigo, realmente me gustó mucho, voy a quedarme como seguidor.
    Algunos pueden quejarse de que utilizo un discurso parecido en cada blog, pero, con sinceridad, cuando estoy de recorrida de blogs, se me hace difícil inventar una presentación personal para cada uno. Te aseguro que leo cada uno de los blogs a los que entro, queda a tu criterio considerar si es cierto o no.
    Sea como fuere, si tienes ganas, te invito a pasar por mi espacio.
    Un saludo desde Argentina.
    Humberto.

    www.humbertodib.blogspot.com

    ResponderEliminar